Ni los
datos del paro, ni el número de desahucios realizados en este año, ni el número
de empleados perdidos en sanidad,
educación y demás servicios primordiales para nuestro bienestar, ni la cantidad
de empresas cerradas, ni siquiera el número de personas sin hogar que deambulan
según la “señora” Aguirre por las calles para fastidiar un poco la imagen
estética de las mismas y espantar a los turistas, ni el porcentaje de turistas
que acuden a nuestro país,nos revelan ni han revelado la verdadera crisis de
España.
Los
datos reales sobre las crisis los veremos fiel y detalladamente mañana.
El
grado de cualquier crisis se mide por su nivel de disposición y de acción
cambio. Hablemos de crisis de pareja, de crisis en el trabajo o de crisis existencial.
Los cambios, los grandes cambios los damos cuando nuestro nivel de aguante y de
resistencia y de malestar llegan a tal punto que no nos queda otro remedio que
modificar algo. Uno no deja de fumar por las advertencias que en todos lados le
indican que un día probablemente le entrará un cáncer de pulmón (así que pueden
ahorrarse todo el dinero que destinan a ello en publidad). No, uno deja de
fumar cuando el médico le mira a los ojos y le dice: “o esto (señalando el cigarrillo)
o su vida”. Y entonces el miedo y el pánico, en gran parte de las ocasiones
hace efecto y genera el cambio. Uno no deja un trabajo cuando se aburre de él o
cuando se siente incómodo. Uno deja un trabajo cuando su insatisfacción
personal, la angustia y a veces la depresión supera la necesidad de obtener
dinero, y las consecuencias que ello implica. Dejamos a nuestras parejas ahogados
por los reproches, por los celos, por las mentiras, por las disputas.
Uno, en
definitiva, realiza un verdadero cambio cuando no puede casi ni respirar. Y entonces,
tira para adelante porque lo que hay que perder es mucho menor que lo hay que
ganar, si es que aún queda algo que perder. Y cuando no hay nada que perder, o
poco, la valentía se agudiza y se pasa a la acción.
Por eso
digo que mañana veremos las verdaderas crisis de España. Y digo bien, LAS: La
crisis intelectual, la crisis moral y la crisis económica (entre otras). Y lo veremos en su disposición al cambio, que
en este caso se traduce en hechos tan objetivos como el número de votos y la
elección de los partidos a los que van dirigidos. Grecia es un buen ejemplo de ello. Grecia sí
confirmó tener una verdadera crisis( en singular). Grecia demostró, que su elección era el cambio, esto es , que su grado de malestar era de tal grado que no podían seguir así.
Y hablo en singular, porque a medida que ponían en evidencia una gran crisis, descartaban otras: intelectual y moral.
Intelectual,
porque Grecia aprendió y demostró haber aprendido que para que algo cambie hay
que hacer cosas diferentes, que no se puede esperar un cambio haciendo lo mismo
todos los días. Y porque hicieron suya la máxima : " la primera vez que me engañes la culpa será tuya, la segunda vez la culpa será mía"
Y
moral, porque la votación indica en gran medida el grado de empatía y
solidaridad que muestras con la situación del resto de ciudadanos que conviven
contigo en tu país y la priorizas a tus intereses personales.
Mañana
veremos las verdaderas crisis de España y espero de corazón que este país no
muestre esa falta de moralidad y de intelecto que nos suponen la mayoría de los
políticos y que desvelarían que ciertamente
estamos en crisis, con S y por qué no podemos.
Hoy
estamos en jornada de reflexión, y yo voy a aplicar un consejo que me daba
siempre mi madre el día antes de un examen:” lo que no hayas aprendido ya no lo
vas a aprender, así que déjalo ya”.